lunes, 8 de abril de 2013

En nombre propio



Desde mi corazón un suspiro velado se ovilla entre los aromas marinos, reposa cierto y seguro en los brazos de un amor inmenso.  Ahí, recubierto de infinitos vientos se acurruca protegido del miedo y encuentra su ser verdadero.

En mi corazón hay un amor que aguarda la vida.
Existe, porque suspira y tiembla, sobretodo en las noches trémulas
y se expande con cada latido 

En mi corazón hay un amor más grande que el olvido.
Existe, porque amarró a mi ser con un lazo invertebrado de semillas
y florezco en él con cada aliento.

En mi corazón hay un amor latiendo en la fragua del tiempo.
Existe, porque con cada segundo avanza un milímetro sobre el primero
y se acerca al borde del horizonte.

En mi corazón hay un amor con nombre propio.
Existe, porque cada noche me abriga con su aroma inmenso
y me dice te quiero... y pronuncia mi nombre.

Hoy reposan mis dedos sobre el teclado, no para escribir, ni para encontrar, ni para ser... hoy tecleo las letras engarzadas para fluir simplemente en todo lo que soy y lo que siento; porque llegado a este punto el silencio me ahoga y no encuentro otro modo en que pueda ser.

Necesito un lugar en el universo donde aflore todo esto que siento, lo que nunca pronuncio, lo que sin ser me configura y siendo me difumina a otro fondo más hondo que el silencio puro.

Me resulta muy difícil después de tanto vacío encontrar el tono, el ritmo y el flujo donde dejarme llevar por el corazón sin medir lo que digo y sin pensar que o cómo, tan sólo sacar y sacar tanto que siento latir en mis adentros.

Han sido muchos años de desierto, han sido muchas batallas y muchas guerras. Han sido muchos ciclos de empezar y acabar, de construir y arrasar, de levantar y demoler. Son muchas las cicatrices y muchos los inviernos duros... pero todo ha servido y todo me lleva a este momento en el que soy esto... tan solo esto.... un nombre propio y un corazón latiendo.



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